Acabo de regresar de Buenos Aires, donde me invitaron a contar cuentos y hacer talleres en el Encuentro Internacional de Narradores de la Feria del Libro. Ha sido apenas una semana, pero he podido pasear por la ciudad. Me encanta. Adoro la ruidosa y vibrante Corrientes, las calles empedradas de San Telmo, la elegancia bohemia de Palermo; me sorprende la amabilidad de su gente, la vitalidad cultural de la ciudad y la inteligencia del público bonaerense. Me emocionó encontrar en las aceras baldosas o placas de la memoria hechas por asociaciones de vecinos, que devuelven a la ciudad la memoria de personas que desaparecieron en ella. Intervenciones que significan política y estéticamente, que recuperan un espacio público que puedan habitar todas las historias.
Encontré graffitis muy hermosos en mis paseos por San Telmo y Palermo. Estos son algunos:
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