Vivir es pasar de un espacio a otro haciendo lo posible para no golpearse.
Georges Perec, Especies de espacios

miércoles, 6 de diciembre de 2017

sábado, 25 de noviembre de 2017

Diccionario de las periferias

Ayer fui a la presentación de este Diccionario de las periferias en la librería Traficantes de sueños.
El libro, escrito por Carabancheleando, una plataforma formada por personas de diversos colectivos que realizan investigación militante, recoge en sus entradas, -como ellas mismas explicaron ayer-, conocimiento arraigado en la vida de las personas, necesariamente fragmentario, diverso, que pone en valor lo invisibilizado y que tiene como objetivo último producir un saber que derive en prácticas, que permita intervenir en la realidad. Intento resumir lo que se habló ayer, lo que encuentro en su página web (estupenda), pero lo mejor es acercarse: leer el libro y la web. Copio dos fragmentos de dos entradas:
Descampado.  Trapicheos, tragedias, jeringuillas, coches abandonados, árboles enjutos y malas hierbas, paraíso de la biodiversidad para algunos biólogos... Muchos permanecen casi intactos o asoman bajo la capa transformadora que se les impuso, con el misterio de por qué no han sido construidos con la fiebre especuladora. A veces generan leyenda, como la de Mataderos, por su condición de cementerio improvisado tras un bombazo. Hace poco se ha añadido un  nuevo descampado, inmenso, con el que tratan de borrar nuestra memoria y nuestra historia, tras la demolición de la cárcel de Carabanchel.
Curro. Tú no oyes a un pijo decir voy al curro, en todo caso van al job o al work y si dicen curro es porque se agobian cuando tienen demasiado trabajo.
Nosotras por ejemplo somos currelas, somos unas currantas. No decimos "ese es un trabajador de puta madre", nosotras decimos "ese es un currante" o "cómo te lo has currao". Una puede decir que una persona trabaja muy bien pero esa en cambio curra que te cagas. Es algo distinto, tiene algo más..., algo que marca la diferencia.

Y el Diccionario de la periferia tiene algo que marca la diferencia: una invitación a leer, pensar y combatir desde los barrios y sus saberes. Imprescindible.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Basilio Martín Patino

 "Las películas no investigan ni exploran la ciudad: la inventan o la sueñan."

En  la exposición  sobre la obra de Basilio Martín Patino "Madrid, rompeolas de todas las Españas", una lección de historia.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Caminando con Andrés

Hoy, a las 19 horas, un grupo de personas nos reunimos frente a la puerta de la cafetería de las Naves de Matadero. Muchas no nos conocíamos. Seríamos unas quince, o tal vez veinte las que esperábamos que comenzara la deriva, el paseo, en el que Andrés Fernández, un artista de Debajo del Sombrero, nos conduciría por donde él quisiera. Comenzamos a andar unos minutos después de las siete. Oscurecía. Andrés caminaba con paso vivo. Yo trataba a veces de acompasar mi paso al suyo. Él siempre delante, guiándonos, y mi pensamiento, vagando. A ratos escuchaba retazos de conversaciones de la gente que nos cruzábamos ("Lo que tienes es que tomarte un Nolotil", "¿Qué es eso?", "Este lo camina todo", "Y después, haces el gesto"...). En otros momentos mi atención se centraba en el sonido de nuestros pasos, tan diferente dependiendo del tipo de calzado de cada quien, del suelo que pisábamos. Imaginé nuestras trayectorias como hilos de colores que se cruzaban y descruzaban siguiendo los pasos de Andrés. Durante breves instantes siento que lo que hacemos es una extraña coreografía. ¿Cuál es el propósito de todo esto? ¿Y por qué debe haberlo? No sé lo que piensa o quiere Andrés, si él tiene o no un propósito. Hoy, dejo que me guíe. Me dejo llevar por calles que conozco, y sé que nunca las caminaría así: estos son los caminos de Andrés.
A nuestro paso, gente. Hay quien pasea, hay quien regresa a casa, hay quien va en bici y quien va en patines, hay quien pasea a sus perros, un grupo ensaya una coreografía en la calle y en el puente otro grupo hace botellón, la luna aparece brillante, redonda y blanca entre los árboles. Nosotras, nosotros, simplemente caminamos con Andrés.
Sentí que Andrés podía atravesar la noche, de punta a punta, caminando. A mí me gustaría acompañarle.

Mira aquí para saber más cosas acerca de Debajo del sombrero, y aquí para conocer algo más acerca del proyecto del artista galés Cai Tomos.


jueves, 5 de octubre de 2017

Lima

Estoy trabajando en Lima. Para ir a una función que tenía ayer en un colegio tomé los siguientes medios de transporte:
Un taxi
El Metropolitano
Un autobús
Un mototaxi
En esta ciudad destartalada de cielos a menudo cubiertos (Melville la menciona al inicio de Moby Dick como uno de los lugares del mundo donde el color blanco es ominoso, en este caso, el color del cielo, casi permanentemente cubierto de nubes), ver una ardilla o un colibrí son el regalo para quien decide pasear a pie.
En el centro de la ciudad, donde vale la pena mirar hacia arriba para ver extraordinarios balcones de madera, se llama jirón a la vía compuesta por varias calles o tramos entre esquinas. Entre 1862 y 1866 se realizó un cambio de nomenclatura urbana llamando jirones a las calles continuadas, y cuando acabó, se renombraron 89 jirones, que era el total de calles que tenía Lima entonces. Ahora Lima tiene alrededor de ocho millones de habitantes.

miércoles, 5 de abril de 2017

miércoles, 29 de marzo de 2017

ruido y ciudad en Lucena, y vuelta a Móstoles

Este lunes hemos tenido nuestros primeros bolos del taller, han sido en Lucena. Nos programó, acogió y arropó el equipo que forman Juan Cantizzani y Miriam Caballero, que organizan las Jornadas Cultura Aural e Identidad Sonora Andalucia Soundscape. Aquí encontrarás información. Hicimos dos sesiones en el Teatro Palacio Erisena. Ha sido curioso y bello trabajar fuera de nuestra casa, el CA2M. El cambio de lugar ha supuesto, como Nilo comentaba, que algunas acciones adquieran otras resonancias simbólicas: ocupar un escenario de teatro para hacer una asamblea o manifestarse frente al ayuntamiento son acciones cargadas de significado. En una de las dos manifestaciones que hicimos pedimos una estación espacial para Lucena. La experiencia ha sido muy hermosa.
El martes y el miércoles volvimos a casa. En la sesión de hoy un niño del colegio Río Bidasoa de Móstoles nos dio una de las definiciones más bellas de ciudad que he oído:
La ciudad es el lugar donde ser felices juntos
Y han propuesto ir al colegio en dragones y en alfombras voladoras. Casas, bicicletas y calles volaban también. Hoy todo era ligero, aéreo, todo volaba. Como es natural, uno de nuestros lemas fue
Alfombras voladoras para Móstoles.
Mientras gritábamos, los transeúntes nos miraban, sonreían, y un bebé bailó nuestras consignas. Creo que hoy, en una calle de la ciudad, hemos sido felices juntos.

viernes, 24 de marzo de 2017

Vídeo de ruido y ciudad

Diego nos hizo este vídeo, que recoge lo que hacemos en el taller. A mí me parece muy hermoso, pero claro, no soy nada objetiva. ¿A tí qué te parece? ¿Imaginabas así el taller?

viernes, 17 de marzo de 2017

alegrías

En ciudaddocumento, un blog que sigo, he encontrado este artículo sobre Pontevedra que me ha dado
una enorme alegría, me encanta que París imite a Pontevedra y que un alcalde piense la ciudad en términos de habitabilidad y no de negocio. ¿Qué significa una ciudad habitable? ¿Qué significa la ciudad hogar que cada semana mencionan las niñas y los niños en ruido y ciudad? El martes de la semana pasada tuvimos un día maravilloso en el que Yeray dio una perfecta definición de manifestación: Multitudes de personas que salen a la calle para pedir algo. Gracias a la definición de Yeray me pregunto cómo sería salir para otras cosas: multitudes saliendo a la calle para reír, caminar, bailar, jugar...
De los lemas que coreamos me quedo con ¡Queremos calles de toboganes! También quiero quedarme (o sea, no olvidar) los abrazos que recibimos Nilo y yo al final, el comentario de una niña -Es la mejor excursión que hemos hecho en nuestra vida ¿podemos volver y hacerla de nuevo?- y el evidente placer de todas, de todos, gritando consignas en la calle. Alegrías para recordar.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Teruel

Tras una función el sábado pasado en la Biblioteca Pública de Teruel, paseo por la ciudad. Tengo que hacer tiempo para tomar el autobús de regreso. Doy una vuelta por lugares que conozco y me gustan, veo cómo se llena de gente la Plaza del Torico, y me pierdo un poco. Voy al arrabal. Pasando el Archivo Provincial y bajando por los Arcos del acueducto, me interno por la calle Carrel y por la calle Ollerías del Calvario. Este nombre, ollerías, me llama la atención y miro en internet. Hay otras ciudades que tienen calles con ese nombre, que hace referencia a lugares donde se hacían ollas de barro, alfarerías. En un descampado de Ollerías del Calvario donde estacionan coches hay restos, que me parecen antiguos, de una construcción de ladrillo rojo. Quiero pensar que son restos de alfarerías o de hornos de arcilla. En los montes rojos que se divisan desde la estación de autobuses hay excavaciones arqueológicas donde se han encontrado restos bajomedievales y modernos relacionados con esa industria. Un paseo me lleva a otros posibles, ahora sé que hay una ruta de poco más de un kilómetro que lleva desde la calle Ollerías del Calvario hasta el Collado del Cerro de Santa Bárbara, la Senda de las Ollerías. Tendré que volver a Teruel.
 En un comercio, ya intramuros, veo un cartel que pone
Se buscan clientes. No se necesita experiencia
Esta ciudad pequeña, mudéjar y modernista, me sorprende siempre.





viernes, 27 de enero de 2017

aparcamiento

Anoche en la calle Soria, Madrid, alguien la dejó perfectamente aparcada. ¿Será del enano Flinguin Forguinson, siempre en busca de la bañera que está más al norte? Y si no, ¿quién viajará en ella?

jueves, 19 de enero de 2017

ruido y ciudad. 11 y 18 de enero

Hemos comenzado a introducir paulatinamente los cambios que queríamos para esta nueva temporada y están funcionando muy bien. La asamblea ahora es más dinámica y participativa y el paisaje sonoro más "espectacular". En la sesión de ayer, las niñas y los niños aplaudieron espontáneamente en cuanto acabó, fue emocionante. En estas dos primeras sesiones de enero han venido dos clases del colegio Cristóbal Colón de Villaverde.
Los dos últimos miércoles nos han dejado regalos: el 11 de enero, en la manifestación, una transeúnte se nos acercó para decirnos si podríamos pedir más fuentes en la ciudad. Miguel, el profesor, le contestó que ella podía acercarse y gritarlo, sin problemas, pero a la señora le dio vergüenza. Es hermoso que alguien vea a niñas y niños manisfestándose, gritando que lluevan golosinas o una ciudad llena de color y se acerque para que pidamos que haya fuentes.
Este 18 de enero, la pregunta ¿a qué suena la calle? ha tenido respuestas muy bonitas: a gente, pisadas, conversaciones, ruido, al ruido de todos. En la asamblea hemos dedicado un ratito a imaginar una ciudad más bonita y hay quien ha decidido decorarla pintando las carreteras de azul (para que parezcan ríos), las farolas de verde, los edificios de todos los colores y hasta un niño ha sugerido que podrían decorarse los muros con brillantina. Una estatua dedicada al cubo rubik ha sido unánimemente votada. También en esta ocasión la palabra hogar ha salido a colación para definir la ciudad.
Están siendo alegres estos días de ruido y ciudad. Y llenecitos de preguntas: ¿es la extensión, el número de habitantes o la cantidad de terreno construido lo que diferencia a un pueblo de una ciudad? ¿Es de verdad un madroño el árbol del escudo de Madrid o no, como decía un niño? ¿Por qué no hay más colores en nuestras calles?