Hay escritores que me seducen siempre. Otros me estimulan, como si apretaran algún interruptor en mi imaginación o en mis sentidos. Los hay que hacen las dos cosas. Georges Perec es uno de ellos. Estoy leyendo Un hombre que duerme y encuentro esto, que me parece bonito apuntar aquí:
"Imaginas una clasificación de las calles, de los barrios, de los edificios: los barrios locos, los barrios muertos, las calles-mercado, las calles-dormitorio, las calles-cementerio, las fachadas peladas, las fachadas carcomidas, las fachadas oxidadas, las fachadas enmascaradas."
Imagino más: los barrios jardín, los barrios mar, las calles-río, las fachadas luna, las fachadas cara, los edificios queso, los edificios cohete, los edificios barco... ¿Cuántos modos hay de mirar una ciudad? ¿De pasearla? ¿De vivirla?
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