Inés, una niña que, según nos dijo su profesor, habitualmente no habla, nos dijo que le gustaría que en la calle "hubiera un piano y se pudiera cantar".
Los niños y las niñas imaginaron muchísimo con nuestras propuestas:
..."me sonó como unos zombis que vinieran a matarnos". "cuando caminábamos sonaba como una manada de elefantes", "parecía que en la calle iba a bajar alguien de un helicóptero y se pondría a cantar en el micro."
Los niños y las niñas introdujeron lo extraordinario en lo cotidiano. Tal vez sea el primer paso para ver lo extraordinario de lo cotidiano, eso tan caro a Perec:
"Lo que realmente ocurre, lo que vivimos, lo demás, todo lo demás, ¿dónde está? Lo que ocurre cada día y vuelve cada día, lo trivial, lo cotidiano, lo evidente, lo común, lo ordinario, lo infraordinario,
el ruido de fondo, lo habitual, ¿cómo dar cuenta de ello, cómo interrogarlo, cómo describirlo?"
¿Qué nos dirán mañana? ¿Habrán de nuevo zombis o alguien querrá, sin saberlo, acompañar a Inés y cantar con un piano en la calle? Y tú, ¿querrías que hubiera pianos en la calle? ¿querrías cantar?
Sí, querría cantar.
ResponderEliminar¡Gracias por decirlo!¿Y se te ocurre qué canción?
ResponderEliminar