De todas las fotos que Cristina Verbena hizo en [Zapatos, pasos, huellas] esta es una de las que más me gusta. Hay algo explosivo y alegre en ella.
Un niño con un zapato en la mano, echa la cabeza para atrás y grita o ríe.
Para que suceda esto, trabajo. Hacer posible que esto pase es mi oficio.
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